Los niños y niñas de la clase de 2 años vivieron una entretenida experiencia sensorial modelando plastilina. La actividad, guiada por sus educadoras, invitó a los más pequeños a explorar libremente, formas y texturas con sus manos, dando rienda suelta a la imaginación.
Cada gesto fue una oportunidad para aprender jugando.
Trabajar con plastilina ayuda a fortalecer la motricidad fina, ya que ejercita los músculos de las manos y los dedos. También favorece la coordinación ojo-mano, mejora la atención y concentración, estimula los sentidos y permite a los niños expresar sus emociones de manera libre y creativa.
Además, el juego compartido fomenta el lenguaje y la socialización, ya que mientras crean, los niños interactúan, imitan, comparten ideas y descubren nuevas palabras.
¡Sin duda, un momento lleno de alegría, color y descubrimiento!


