En el aula de infantil, la creatividad es como el aire que respiramos: esencial y vital para el crecimiento y desarrollo de los pequeños. A través de actividades llenas de imaginación, los niños exploran un mundo de posibilidades, aprendiendo mientras juegan y experimentan. La creatividad les brinda la oportunidad de expresarse libremente, fomentando su confianza y autoestima a medida que ven sus ideas cobrar vida. Además, les enseña a resolver problemas de manera innovadora, promoviendo el pensamiento crítico y la colaboración con sus compañeros. En un ambiente creativo, cada niño es valorado por su singularidad, lo que les ayuda a entender y respetar la diversidad desde una edad temprana. Así, la creatividad en el aula no solo nutre mentes curiosas, sino también corazones llenos de empatía y aprecio por el mundo que les rodea.