Nuestros intrépidos peques de 3º de Infantil se enfrentaron esta semana a una misión muy especial: llenar un tubo gigante con pelotas de colores de la piscina. ¿El objetivo? Aprender los conceptos de «vacío» y «lleno»… ¡y pasarlo en grande, por supuesto!
Con una coordinación digna de un equipo olímpico (o casi), consiguieron llenar el tubo entre todos. Pero cuando ya estaban celebrando el logro… ¡sorpresa! Las pelotas decidieron rebelarse y salieron rodando por todo el suelo como si no hubiera un mañana.
Por suerte, los peques no se rindieron: rápidamente se convirtieron en rescatadores de pelotas y las devolvieron a su hogar-piscina. Eso sí, entre risas, carreras y algún que otro grito de «¡se escapa unaaa!».
¡Un día redondo como las pelotas!



